| 
| 
| |
03/02/2022
552 | 
0
La noticia nos sorprendió esta semana: la diseñadora Adriana Abascal se divorcia del empresario francés Emmanuel Schreder, su segundo matrimonio fallido. Pero esta no es, ni de lejos, la ruptura sentimental más dura del currículum amoroso de la ex miss México: la muerte de Emilio Azcárraga Milmo, su primera pareja, la dejó cuasi viuda y sin fortuna.
Adriana Abascal vivió una tragedia con la muerte de Emilio Azcárraga. / GETTY
SILVIA VIVAS Jueves, 3 febrero 2022, 16:22
Hace unos días la imponente presencia de Adriana Abascal en los desfiles parisinos de alta costura poco hacían sospechar que la ex modelo estaba pasando por un divorcio. Como ha destapado Hola esta semana su relación con el empresario francés Emmanuel Schreder ha llegado a su fin y toca, de nuevo, reinventarse. En realidad poco nos debería sorprender la sangre fría de la mexicana. Mucho antes de ser una coleccionista de arte con su propia firma de calzado y asidua al front row de los desfiles, Adriana Abascal fue una jovencísima reina de la belleza unida sentimentalmente casi desde la adolescencia a uno de los hombres más poderosos de México, el empresario Emilio Azcárraga Milmo.
Cuando estuvieron juntos, Emilio Azcárraga Milmo era el hombre más rico de latinoamérica con una fortuna que se calculaba en más de 4.000 millones de euros. Él tenía un imperio mediático a su disposición, Televisa, y un pasado amoroso aireado en los titulares de los periódicos por los que desfilaron sus cuatro matrimonios y una buena cantidad de amantes (no en vano le apodaban «el tigre»).
Mientras Emilio acumulaba fama de mujeriego y herederos (cinco hijos en total), en 1988 Adriana Abascal fue escogida como la más bella de Veracruz y un año más tarde se convertiría en la más bella de México e intentaba dar la réplica en el certamen de Miss Universo, donde quedó en el quinto puesto. Era obvio que una belleza de ese calibre no le iba resultar indiferente al magnate que, por supuesto, comenzó un noviazgo con la casi adolescente Adriana a pesar de la diferencia de edad que existía entre ellos (cuarenta años).
La relación entre ellos duraría casi ocho años años y acabó de forma abrupta y dramática: con el millonario rey de los medios de comunicación mexicano muriendo de cáncer en los brazos de Adriana en su yate de lujo, el Eco (o al menos así se contó la historia en los medios). aunque todos sabían que Adriana era «la mujer de el tigre», tras el fallecimiento llegó el segundo trago amargo para Adriana Abascal: el de pelear en los tribunales con los herederos de Azcárraga por todo lo que el magnate le había cedido.
A pesar de haber trabajado en Televisa durante años y de heredar el 16,6% de las acciones al final Adriana Abascal acabó demandando a la empresa y sus herederos en los 90 y vendiendo el yate en el que murió su pareja, pero se acabó rindiendo. «Fui práctica. Dije: «Tengo 26 años, con permiso, me voy»», explicó Adriana a Vanity Fair al hacer recuento de su aventura. Seguramente en este momento también estará pensando en reinventarse.
COMENTÁRIOS - Clique aqui para fazer o seu
