Aquilino José Mata: Osmel, el hacedor de reinas

Wed, 07/02/2018 - 13:59

Su renuncia inesperada causó sorpresa en la Organización Miss Venezuela, que en un comunicado reconoce que ha sido un protagonista clave para su éxito internacional.

Hasta en la propia organización del certamen causó sorpresa la renuncia de Osmel Sousa a continuar al frente del Miss Venezuela, una decisión que el bien llamado “Zar de la belleza” tomó luego de casi 40 fructíferos años, concretamente desde 1981, cuando la Organización Cisneros hace la negociación para adquirir la franquicia y tiene el tino de ponerlo como presidente, habida cuenta de su olfato y pericia más que comprobadas para ser considerado un auténtico hacedor de reinas triunfadoras.

En 1970, cuando Ignacio Font Coll, anterior propietario del certamen, crea la agencia publicitaria Oppa para llevar a cabo su organización, allí trabajaba como dibujante -experto en esbozar figuras femeninas- un joven de origen cubano llamado Osmel Sousa, quien aparte de asumir el concepto gráfico del concurso, comenzó a asesorar a sus candidatas favoritas, que para más señas siempre se hacían con la corona. Su primer gran triunfo internacional le vino en 1979, cuando Martiza Sayalero, una de sus pupilas, se convierte en la primera venezolana en alcanzar el título de Miss Universo.

Dos años después, bajo una certera orientación empresarial, la franquicia que acababa de adquirir la Oganización Cisneros obtuvo nivel y prestigio fuera del país, cuando las venezolanas comenzaron a traerse las coronas de cuanto concurso internacional de belleza se realizara.

Ese mismo año de 1981, Venezuela ganó los dos certámenes internacionales más importantes, Miss Universo y Miss Mundo, hazañas logradas por Irene Sáez y Pilín León, respectivamente, algo que hasta entonces ninguna otra nación había conseguido. Este acontecimiento volvería a repetirse 15 años después, cuando en 1996 Alicia Machado se trajo el cetro de Miss Universo y Jacqueline Aguilera el de Miss Mundo.

Bajo el signo de la excelencia

A partir de que la Organización Cisneros asumió el certamen -con Osmel Sousa como presidente y Joaquín Riviera produciendo el mega espectáculo anual del concurso-, se establecieron pautas de excelencia de producción que hicieron del Miss Venezuela un evento de proyección internacional. De allí el reconocimiento que ahora le hace públicamente a raíz de su renuncia:
“Estamos muy agradecidos por su dedicación y contribución para lograr hacer del Miss Venezuela el mejor certamen de belleza de Venezuela y del mundo”, escribió la organización del concurso en su escueto, pero muy significativo, comunicado, para luego agregar:

“Osmel ha sido un protagonista clave para consolidar el éxito internacional de Miss Venezuela. La Organización Miss Venezuela y Cisneros le desean la mejor de las suertes y mucho éxito en su nueva etapa profesional. Seguimos comprometidos en hacer brillar a la mujer venezolana dentro y fuera de nuestras fronteras”.

Hay que decir que bajo la experta gerencia de Osmel, Venezuela ganó siete coronas de Miss Universo (incluyendo la que obtuvo previamente con Maritza Sayalero) y ostenta el récord Guiness de haber triunfado en ese concurso en dos ocasiones consecutivas, en 2008 y 2009 con Dayana Mendoza y Stefanía Fernández. La última venezolana en ganarlo fue María Gabriela Isler en 2013.

Todos estos éxitos fueron -y son- posibles, gracias a la acción de expertos en oratoria, maquillaje, pasarela, diseñadores, nutricionistas y médicos especialistas en cirugía estética, encargados de preparar a las participantes bajo un esquema organizacional riguroso, que no excluye un régimen disciplinario y alimenticio en todo sentido, sin dejar de lado ningún detalle.

Las candidatas son entrenadas con intenso rigor. Acuden con meses de anticipación a la Quinta Miss Venezuela, sede de la organización, para allí pulir sus talentos y utilizar sus potencialidades al máximo, para finalmente ser transformadas en competidoras de alto nivel en los certámenes internacionales, bajo la óptica experta de Osmel Sousa.

Vale decir que no hay actualmente en el mundo ningún lugar en donde no se mencione a la mujer venezolana como uno de los elementos distintivos de nuestro país. Eso es un premio a la constancia y al trabajo creativo, tanto de Osmel como de la Organización Cisneros, que ahora asume el reto de continuar con la labor desarrollada tan eficazmente por quien hasta ahora fue su principal gerente. La maquinaria y está aceitada por la experiencia de una labor sostenida y concienzuda, ahora solo falta ponerla en manos de alguien que sepa conducirla con la misma pericia y entusiasmo.

El futuro del Zar

En cuanto al futuro de Osmel, el hacedor de reinas solo se limita a decir en su inesperada renuncia que seguirá “luchando por un mejor país, de la mano de Dios y de todos ustedes. Mil gracias por tantas alegrías Miss Venezuela. Nos seguiremos viendo”.

Ya hay quienes dicen que se dedicará a la academia que posee en Miami para formar modelos y atenderá otra propuesta televisiva de la cadena Univisión para retomar el reality “Nuestra Belleza Latina”. ¿Lo llamarán acaso de otros concursos para solicitar su experta asesoría como forjador de misses? Aunque aparentemente esto no estaría planteado, no extrañaría que así fuese. En todo caso, el tiempo dirá la última palabra.

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