EL FIN DE LOS REINADOS

20 noviembre de 2021 | 12:00 AM | Escrito por: Jimena Marín

Parece ser que el reconocimiento a las mujeres hermosas del Quindío llegó en un mal momento: el declive de los reinados en Colombia y en el mundo.

Justo cuando María Fernanda Aristizábal lograba lo que muchas de niñas soñamos, el Reinado Nacional de Belleza perdía la franquicia de Miss Universo. Es decir, ninguna de las reinas que elija el tradicional concurso podrá ir a competir por la corona de Miss Universo. Si Natalia López hubiera ganado el concurso este año, estaría planeando viaje a Polonia a un concurso de poca monta llamado Miss Supranacional.

A partir de la pérdida de la franquicia, a falta de uno, ahora hay dos concursos que elijen a la “más bella del país”.

Miss Universe Colombia es un evento que fue creado por Natalia Ackermann, exreina barranquillera, quien otrora apareció en Nuevo Rico Nuevo Pobre. Este concurso, que se celebró justo antes del Reinado Nacional de Belleza, demostró la pobreza en cada aspecto, desde el lugar en el que se celebró, el pobre cubrimiento televisivo y los ínfimos regalos a las ganadoras. La diferencia con el concurso de siempre es que estas reinas sí van a Miss Universo.

Esta pelea entre reinados se suma a la baja audiencia que estaban teniendo este tipo de concursos antes de que se perdiera la franquicia. Mientras antes las fiestas en Cartagena duraban una semana donde el país se paralizaba, con un glamour inigualable, en los últimos años el concurso había perdido fuerza, con una decadencia en los premios entregados a las reinas y menos importancia en los canales nacionales.

A las últimas reinas nadie las recuerda o al menos esa es la percepción en mi círculo de amigos. Yo claramente recuerdo a María Fernanda Aristizábal porque soy del Quindío y, aunque no soy la más adepta de los concursos de belleza, fue una sorpresa que una quindiana quedara por fin de reina en eso que en mi infancia parecía tan anhelado.

Adicionalmente, María Fernanda fue una digna representante del Quindío, yendo mucho más allá de la sola belleza que la caracteriza, ya que fue útil para el departamento. Lo promocionó en cada esquina, en cada reunión, en cada cita. Eso, para mí, es el valor actual de los concursos de belleza.

Sin embargo, para el resto del mundo, los reinados están haciendo carrera hacia el olvido. Lejos quedaron las épocas en que las reinas se convertían en las mujeres más poderosas del país, con pasaporte asegurado a la fama. Hoy no son más que un recuerdo de otras épocas donde la sociedad pensaba distinto.

Hoy los reinados están fuera de “concurso”, por sus ideas retrógradas de las mujeres y por hacer competir a las mujeres como simples vacas que son elegidas por el mejor postor para el matadero. Es inconcebible que no se acepten mujeres que hayan sido madres ni mujeres casadas. Es aún más inconcebible que no acepten distintas formas de cuerpos o de discapacidades.

Por eso, por no estar a tono con la época en la que vivimos, los reinados están llamados a morir en un futuro no muy lejano. Anticipo que vivirán una etapa de enfermedad terminal durante algunos años, intentando aferrarse a reminiscencias de antiguas glorias, eligiendo candidatas cada vez más diversas en un esfuerzo desesperado por mantenerse a flote. Pero nada de esto será suficiente: morirán, indefectiblemente.

Y no, no me da nostalgia. Aunque cuando era pequeña era todo un plan ver el concurso en familia y por eso le agradezco a Reimundo Angulo, propietario del Reinado Nacional de Belleza, todo aquello que irrespete a la mujer debe fenecer. Ninguna mujer debería ser comparada con otra, reforzando estereotipos que solo hacen daño a las niñas detrás del televisor.

https://www.elquindiano.com/noticia/30585/el-fin-de-los-reinados