“Fui una joven rebelde”

Al independizarse a los 18 años, se dedicó a trabajar como mesera

Yomaris Rodríguez, EL VOCERO 22/09/2018 

Miss Universe Puerto Rico 2018 comenzó a estudiar enfermería en enero. >Carlos Rivera Giusti/EL VOCERO)

A sus 18 años, la rebeldía de Kiara Liz Ortega Delgado, jugó a su favor porque sirvió de aprendizaje para sanar su interior y perdonar de corazón.

La recién seleccionada Miss Universe Puerto Rico 2018 fue criada por su madre, Beatriz Delgado, junto a sus dos hermanas mayores, Yesenia Ortega y Jessica Marie Pagán.

“Fui una joven rebelde. Mi madre fue madre soltera y cuando yo tenía 18 años, ella regresó con mi padre (Faustino Ortega) y para la familia fue bien difícil porque estábamos acostumbrados a una manera de vivir. Tener que olvidar, perdonarlo de corazón y soltar cosas del pasado se me hizo muy difícil y tomé la decisión de irme de la casa”, explicó Kiara Liz a EL VOCERO.

"Después de varios años pude arreglar la relación con mi papá y ahora es mi mejor amigo. Todo en la vida pasa por algo, perdonar de corazón libera de muchas cargas", Kiara Liz Ortega Delgado, reina

Ese proceso liberador de perdonar a su progenitor le tomó tiempo, pero lo logró.

“Se me hizo difícil (independizarme), pero no me arrepiento. Después de varios años pude arreglar la relación con mi papá y ahora es mi mejor amigo, es mi fan número uno. Todo en la vida pasa por algo, perdonar de corazón libera de muchas cargas”, agregó.

Entre el trabajo y los estudios

Por ello, se dedicó a trabajar desde los 18 años para mantenerse y completar una carrera universitaria.

“Lo más difícil que se me ha hecho es trabajar y estudiar a la vez. Pero porque se haga más difícil no tenemos que rendirnos, al contrario, tenemos que ser más perseverantes y ser personas de fe. Para eso tengo el mejor ejemplo de vida y perseverancia, que es mi madre, ella fue madre soltera y eso no la limitó, logró todo lo que quería en la vida”, manifestó con una amplia sonrisa.

Kiara Liz trabajaba a medio tiempo porque en enero empezó a estudiar enfermería en la UMET.

“Desde los 18 años he trabajado como mesera en distintos restaurantes y desde hace tres años en El mesón de la Roosevelt. Seguí trabajando estos meses, aunque el tiempo fue limitado por los talleres del concurso. Pero recibí ayuda de mi familia y muchos clientes me donaron para costear varias cosas del certamen. En el trabajo fueron bien comprensivos y me permitieron hacer dos recaudaciones de fondos”, mencionó.

Este concurso ha sido su única experiencia en el campo de la belleza y el modelaje.

“Desde niña veía los certámenes, quería competir y fui testigo cuando ganaron Denise Quiñones y Zuleyka Rivera, me llenaron de ilusión. No lo veía como algo real porque me ponía limitaciones, de que a lo mejor no soy tan linda, no hablo de esa manera, no sé modelar, mucha inseguridad. Pero este año con el cambio en la organización sentí esa necesidad de ir al casting, nada más para pasar la experiencia, no esperaba que me escogieran”, recordó Miss Rincón.

Logra transformación física

Una vez resultó seleccionada como candidata, su meta fue trabajar todas las áreas que la llevarían a ganar la corona, logrando una evidente transformación física.

“He descubierto cualidades en mí que no sabía que tenía, soy disciplinada, enfocada, capaz de lograr todo lo que me proponga. De mi transformación lo más impresionante fue el peso, pesaba 140 libras y bajé a 120 en dos meses, buscando el peso ideal junto con la alimentación y el ejercicio”, comunicó.

Igualmente, acudió a un profesional para corregir la marcada separación de sus dientes.

“Estaba insegura si me lo arreglaba o no porque a mí me gustaba, estaba acostumbrada. Pero entendí que algo físico no nos puede definir. Lo que me define es mi esencia”, puntualizó.

Aunque representó al pueblo de Rincón porque es fanática de su gente y atardeceres, es nacida y criada en la humilde barriada Borinquen, en San Juan, donde aún residen sus abuelos.

Como la primera reina de la directora del certamen, Denise, y el eslogan del mismo: Renace la belleza, su enfoque es de esperanza.

“Después de lo que vivimos el 20 de septiembre con el huracán María, que nos marcó y muchos perdieron la fe, haber celebrado el concurso es sinónimo de esperanza manteniendo nuestras tradiciones. Puerto Rico nuevamente se paralizó y (en el Centro de Bellas Artes) todos se pusieron de pie para recibirme como la nueva reina y qué más renacer que eso. En estos meses que tengo para el Miss Universe, quiero convertirme en esa esperanza, de que Puerto Rico está en pie de lucha”, reiteró.

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