Promociones Gloria, ¿un mundo de belleza?

OPINIÓN

Por Evelyn Callapino Guarachi
miércoles, 27 de enero de 2021 · 05:12

Tras la polémica de la convocatoria de Promociones Gloria y su posterior suspensión, dada las reacciones en respuesta a los requisitos para ser miss, es necesario reflexionar sobre el encasillamiento y cosificación de las mujeres.

Para ser miss se exigen ciertos parámetros enmarcados en estereotipos basados en la edad, sexo, estado civil, maternidad, tener “conducta intachable”, y sobre todo aspectos físicos, como ser delgada, alta, de lindo rostro y con una figura armoniosa; tener carisma y agradable personalidad y poseer un aceptable nivel cultural e intelectual.

Todos estos requisitos nos llevan a preguntarnos ¿Qué es belleza? ¿Quién es verdaderamente bella? Para estas preguntas tendremos muchísimas respuestas. Desde lo más simple, belleza según la RAE es “persona o cosa notable por su hermosura”. Y si vamos más allá, dependerá del aspecto cultural, social, histórico, e incluso geográfico, porque, sin duda, las sociedades son diferentes, evolucionan con el tiempo, y las percepciones también.

Para Promociones Gloria la belleza se reduce a cumplir ciertos puntos, lo que muestra una inmadurez de quienes fomentan eventos basados en meras apariencias. No toma en cuenta nuestra historia, la diversidad cultural y social, lo que realmente identifica a Bolivia. Lo que sí hace, es seguir cosificando a las mujeres, encasillando a un estereotipo que no representa a la diversidad de la mujer boliviana. Le viene bien una sociedad donde las mujeres deben cumplir requisitos para ser vistas y aceptadas, reduciéndose a un pedazo de piel y carne.

Prefieren a las más jóvenes porque son más comerciales. Esto repercute en el estándar de belleza que se implanta en la juventud e incluso en la niñez. Lo que produce una crisis de identidad por la no aceptación de quienes no encuadran en un cuerpo bonito, que para esta empresa es un cuerpo curvilíneo; o un rostro bonito que se asemeje lo más posible a lo occidental, lo blanco y mejor si es rubio.

Respecto a la “conducta moral intachable”, es el que se exige a las mujeres ser bien portadas; eso implica no cuestionar nada y mejor si sólo se someten a ciertos lineamientos sin decir mucho, porque caso contrario son consideradas revoltosas y desobedientes. Y claro que el ser madre joven te hace ser una mujer inmoral, y si una ya es casada, para Promociones Gloria, ya tiene dueño.

La idea de un “aceptable nivel cultural”, en un lugar donde las mujeres son sólo caras y cuerpos “bellos”, sólo importa el aspecto lucrativo de una industria. Por este tipo de encasillamiento se cree que no somos más que lo físico; se piensa que no podemos ir más allá en posiciones jerárquicas. Por eso, los porcentajes de las mujeres en espacios de decisión son menores, porque en una sociedad patriarcal nos ven desde arriba. Esto va ligado con que las mujeres siempre debemos ser agradables y carismáticas, eso nos hace lindas y aceptadas.

Si promociones Gloria ha tenido tanto éxito hasta ahora es por la inmadurez de pensamiento que predomina en la sociedad. Dado que sólo responde a una industria de cosificación de los cuerpos de las mujeres bajo de lo que suponen “belleza”.

Estos estereotipos implantan una necesidad de aceptación, y las nuevas generaciones buscan una adaptación en la sociedad. Si se siguen fomentando estos estándares, estaremos encasillados a una belleza que no representa la verdadera identidad boliviana.

Promociones Gloria dice que es la encargada de elegir a la más “bella” de Bolivia, pero en realidad busca una que se parezca lo menos posible a lo indígena, a lo que está en nuestras venas. Dice que es una representación colectiva boliviana, pero está constituida por una elite que pretende ser un modelo a seguir y que, además, no se enteró que hay minorías, como las mujeres trans que están reconocidas en la CPE.

Las mujeres somos mucho más que una apariencia física. La belleza es una cuestión abstracta, ésta se percibe dependiendo al aspecto sociocultural, histórico, etcétera. Es momento de repensarnos y dejar de fomentar estereotipos superficiales, tomando en cuenta a un modelo de “mujer perfecta” por tener una figura “armoniosa” que en realidad responde solo a los ojos de una elite.

Evelyn Callapino Guarachi es politóloga, docente universitaria y fundadora de Mujer de Plata.

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